A lo largo de los años, al defender a víctimas de accidentes de tráfico, hemos notado que, además de las lesiones físicas, el mayor obstáculo que enfrentan es la falta de información. Nadie les explica que existe una normativa específica para ellos, ni que es crucial respetar ciertos plazos para evitar complicaciones al reclamar sus derechos. De hecho, este es el principal problema: las gestiones suelen comenzar tarde, lo que puede generar dificultades a la hora de manejar todo lo relacionado con un accidente de tráfico. Las víctimas que representamos no tienen que preocuparse por esta desinformación.

Nos encargamos de todo, desde la gestión del tratamiento médico, que debe realizarse según Convenio (y sí, también con plazo), hasta la coordinación con todas las partes implicadas y la reclamación de la indemnización, recurriendo a la vía judicial si es necesario. Nuestra única recomendación es actuar con rapidez: no deje que terceros sin interés gestionen su salud y sus derechos.

Por otro lado, debemos reconocer que ciertos accidentes presentan complicaciones adicionales que los abogados, por sí solos, no siempre podemos resolver. Un ejemplo común es cuando las compañías de seguros rechazan hacerse cargo de una víctima alegando «baja intensidad» del impacto, basándose en un informe biomecánico elaborado por un ingeniero técnico.

Para afrontar este tipo de situaciones, contamos con la colaboración de un profesional del mismo campo, es decir, otro ingeniero técnico que pueda elaborar un contrainforme biomecánico, desacreditando el presentado por la compañía. De esta forma, buscamos la mejor solución posible para proteger nuestros intereses. Con este ejemplo queremos resaltar que somos conscientes de nuestras limitaciones y que, para lograr los mejores resultados, es fundamental contar con expertos de diversas disciplinas. Siempre trabajamos con los mejores.